El otro día la 2 me regalaba Dogville. Y me dio qué pensar. En los blogs parece que uno debe dedicar espacio a sus gustos. Von Trier no lo es, es más uno de mis fantasmas. Por eso, me parece pretencioso dedicarme a ensalzarlo como un devoto. La cuestión no debiera ser comentar la película, queda lejos de mis capacidades. Sin duda tiene sus virtudes, aunque si este espacio es mío (mejor, nuestro) la cuestión sería, más bien, vislumbrar quiénes somos cuando estamos ante la película.
¿En qué lugar me coloca esa "peli mazo rara" (las palabras son de un alumno) ? Supongo (últimamente tengo la sensación de suponerlo todo como si ya no existieran certezas) que es un espejo en el que no me gusta mirarme. Me siento extraño ante esos personajes, incómodo ante la obligación de enfrentarme a mis propias sombras. Nadie es realmente malo, pero todos hemos cruzado alguna vez las fronteras de Dogville. La tentación de aprovecharnos de quienes podemos hacerlo. El pecado de perdonar lo que no nos consentimos a nosotros mismos. Abandonar el barco que se hunde sin esperar a mujeres y niños.
La soledad es algo que no resuelven las casas sin paredes. Podemos pintar fronteras en el suelo, imaginar que en el espacio que habitamos no cabe el mal, soñar que tendremos lo que merecemos, que nuestro egoísmo es justicia. Cuando reviso la película me confunde el hecho de no poder identificarme con ninguno de los personajes...aunque en todos encuentre cierto aire de familia. Tengo la sensación de que el protagonista no es una mujer sino una idea. La idea de la soledad, la del vacío, la del mal creciendo por los resquicios de nuestras debilidades.
Una fábula sin moraleja, eso es la vida la vida en Dogville. La imposible redención del pecado. La vida como un perverso cuento donde todos acabamos traicionando lo que eramos. No es realista, dicen quienes la ven. ¿No? Puede que para algunos eso sea un ataque. Todos ellos aduladores de lo que hay ante sus ojos, profetas de la mirada, no son capaces de ver lo que nos constituye: nuestros sueños, nuestros deseos. Peores son aún, quienes consideran que por fantasiosa es mejor. Seguimos siendo esclavos de una imaginación marchita, seguimos estancados en una noción de REAL que no sirve para nada. Las ideas, las intenciones, los conceptos son las que nos hacen reales, las que consiguen que seamos "alguienes" sin necesidad de ser nadie.
¿En qué lugar me coloca esa "peli mazo rara" (las palabras son de un alumno) ? Supongo (últimamente tengo la sensación de suponerlo todo como si ya no existieran certezas) que es un espejo en el que no me gusta mirarme. Me siento extraño ante esos personajes, incómodo ante la obligación de enfrentarme a mis propias sombras. Nadie es realmente malo, pero todos hemos cruzado alguna vez las fronteras de Dogville. La tentación de aprovecharnos de quienes podemos hacerlo. El pecado de perdonar lo que no nos consentimos a nosotros mismos. Abandonar el barco que se hunde sin esperar a mujeres y niños.
La soledad es algo que no resuelven las casas sin paredes. Podemos pintar fronteras en el suelo, imaginar que en el espacio que habitamos no cabe el mal, soñar que tendremos lo que merecemos, que nuestro egoísmo es justicia. Cuando reviso la película me confunde el hecho de no poder identificarme con ninguno de los personajes...aunque en todos encuentre cierto aire de familia. Tengo la sensación de que el protagonista no es una mujer sino una idea. La idea de la soledad, la del vacío, la del mal creciendo por los resquicios de nuestras debilidades.
Una fábula sin moraleja, eso es la vida la vida en Dogville. La imposible redención del pecado. La vida como un perverso cuento donde todos acabamos traicionando lo que eramos. No es realista, dicen quienes la ven. ¿No? Puede que para algunos eso sea un ataque. Todos ellos aduladores de lo que hay ante sus ojos, profetas de la mirada, no son capaces de ver lo que nos constituye: nuestros sueños, nuestros deseos. Peores son aún, quienes consideran que por fantasiosa es mejor. Seguimos siendo esclavos de una imaginación marchita, seguimos estancados en una noción de REAL que no sirve para nada. Las ideas, las intenciones, los conceptos son las que nos hacen reales, las que consiguen que seamos "alguienes" sin necesidad de ser nadie.
2 comentarios:
Dogville demasiados recuerdos...
Sin duda demasiados.
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