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Pinpilinpauxa
No sé por qué Mafalda me recuerda tanto a ti. Bueno, sí que lo sé, pero es difícl de explicar. Supongo que lo fundamental es ese aire de niña inocente, feliz pero atenta. Tu capacidad de enfrentarte al mundo, de pedirle cuentas, de no sentirte satisfecha con los "bastantes". Me encanta tu necesidad de hacer preguntas (las más de las veces a ti misma), de comprender y de luchar. Lloró cada vez que pienso en todo lo que has tenido que pelear porque nadie te ha regalado nada...y aún así, sigues fiel a ti misma, no empeñas tu manera de ver el mundo. Parece que Quino quería dibujar una niña soñadora, una niña soñadora y luchadora. En mi imaginación ambas os confundís porque desde que te conozco no has dejado de pelear porque las cosas sean cómo deben ser. ¿Y tus sueños? Cualquiera que se cruce contigo se contagia de ellos, de tu forma de afirmar que otro mundo es posible. Si todos fueramos como tú, lo sería.Pienso en ello y me acuerdo de la viñeta en la que Mafalda da un beso a su padre y él deja sin afeitarse esa parte de su mejilla. Eso supone para mí conocerte, la conciencia de que cualquiera de tus gestos será especial, que debo de estar atento porque perderse algo sería ya demasiado. Me gusta pensar que fuiste tú quien me hizo las preguntas que necesitaba, la que me hizo poner los pies en la tierra y la cabeza en las estrellas. Me he equivocado tanto que creo que te has llegado a sentir incomprendida. No es así, simplemente tu pequeña figura me supera, tardé en comprender, pero hoy por fin lo hago. ¡Cuídate pequeña Mafalda!
1 comentario:
Ojalá siguiera siendo esta. Un beso.
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